Sentar los oídos
que toquen la tierra
para llevar al aire
algún canto fugaz.
Cuarto de la serie de poemas sonoros: piezas de ambient improvisadas en algún lugar de la montaña.
Creada con un iPad con una zoom h4n, grabando el paisaje en tiempo real, junto a un ukelele procesado en AUM con Samplr, Audio Damage Other Desert Cities y Eos.